Me imagino que fue de la mano de mi padre por que mi madre era apenas analfabeta. Me imagino su ternura con su primogénito sobre las piernas y con mi mano derecha entre su mano derecha y con el lápiz entre nuestras manos garrapateando los primeros trazos. Me imagino que empezó por la O por que es la redonda y por tanto la más fácil y siguió con la I por que tiene el puntito y después la U que es la curva y luego la E y por último la A. Me imagino su paciencia haciéndome escribir en el papel y repetir verbalmente cada nombre – “ la O, la I, la U, la E, la A”. Me imagino su constancia todas las tardes, luego de llegar de la iglesia y antes de regresar a la última misa, haciéndome repetir los temblorosos y repisados trazos, una y otra vez … hasta completar la plana. Me imagino su ansiedad al ver mi lento progreso.
Me imagino su alegría el día que escribí por primera vez “mamá” y su orgullo cuando le mostró ese resultado a mi madre y me imagino su sueño y su esperanza cuando escribí por mi cuenta: “papá”.
Me imagino.
- Maroma
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